mayo 15, 2025

Se desliza la noche entre tus labios,

como un río secreto que me nombra,

y el temblor de tu aliento en mi garganta

es un fuego callado que me asombra.

Rozas mi piel con dedos de caricia,

deshaciendo silencios y temores,

y mi cuerpo se abre como un lirio

en el jardín voraz de tus amores.

Enredados, sin tiempo ni frontera,

tu boca y la mía son centellas,

y el deseo se alza en la marea,

rompiendo nuestras almas en estrellas.

Qué dulce naufragio en tu cintura,

qué placer entregarse a la locura,

qué eterno este instante de ternura

donde sólo existimos tú, yo y nuestra aventura…

Isabel Poyato

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *