En las cuerdas de tu alma gimen suspiros,

guitarra, melodía que en el viento aflora.

Tus trastes cuentan historias de amores idos,

mientras acaricias el tiempo con cada nota.

En tus cuerdas entrelazas emociones

como hilos de un sueño que el corazón toca.

Ecos de pasiones resonando en el viento,

en tu madera, el alma del poeta se desborda.

Entre cuerdas de una guitarra y una mujer,

la melodía es un lazo fiel.

La mujer, la partitura con gracia mece,

mientras la guitarra suspira por sus caricias .

Ella, poesía viva en cada caso,

acordes son sus risas, notas en el ocaso.

La guitarra, confidente de suspiros.

Ambas, musas danzan en armonía,

la mujer es el verso, la guitarra la melodía.

En sus manos se entreteje un universo, 

donde el amor y la música son eterno consenso.

Sus dedos son magia del compás,

ella, poesía que se viste de acordes.

En cada nota, secretos y amores.

La guitarra responde como confidente

de sus más bellos murmullos.

Juntas crean un ambiente sonoro,

donde la mujer y la guitarra se abrazan con decoro.

Isabel Poyato Chacón