mayo 28, 2025

UN BESO EN VIDA

Hay padres que esperan en sillas gastadas,

la puerta cerrada, la mesa sin más.

Sus ojos se clavan en horas pasadas,

y el alma se enfría sin nadie a quien amar.

Los hijos se van con promesas de viento,

y vuelven tan solo si algo han de sacar.

Recuerdan a veces, con cierto lamento,

que un padre aún vive… cuando algo se van a llevar…

No llegan los besos, ni abrazos sinceros,

ni un “te quiero” a tiempo, ni un rato a cenar.

Y el tiempo, implacable, va hilando senderos

que llevan al fin… sin saber regresar.

Y un día los padres se van en silencio,

con la cama hecha y sin molestar.

Entonces acuden, tan llenos de incienso,

de flores, de llanto, de falso pesar.

Pero ya no escuchan, no sienten, no miran,

ya no hay quien les diga: “me hiciste feliz”.

Un beso en vida vale más que miles 

de los “sientos tardíos” que llegan sin raíz.

No esperes al mármol, al canto, al suspiro,

haz vida el amor, no lo dejes morir.

Que un padre  o una madre no quiere coronas ni flores

sólo un hijo que es abrace, que venga, que esté…

y que sepa decir: “Aquí estoy para ti”.

Isabel Poyato.

1 Comment

  • Un texto sencillamente extraordinario donde, entre tristes verdades, expresa con sentidas palabras lo que pasa por el corazón de los padres a medida que pasan los años y nuestros hijos, por ley de vida se van alejando de nosotros. No es que dejen de querernos sino que las vidas los van endureciendo y parecen estar distantes, aunque yo así no lo creo, sino que se manifiestan con más frialdad.
    En cambio los padres siempre expresamos nuestro amor hacia ellos como desde el primer día.
    Y creo que esto sucede porque para nosotros nuestros hijos “aunque son niños” y seguirán siéndolo siempre.
    Isabel, te felicito por tu emocionante escrito que golpea con cariño los sentimientos.

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