Gracias por irte.
Gracias por caer.
Porque en tu ausencia,
broté como el sol tras la tormenta.
Fui semilla enterrada en el dolor,
y hoy soy árbol que no teme al viento.
Fui lágrima que tocó fondo,
y hoy soy risa que toca el cielo.
No te debo derrota,
te debo alas.
No me quitaste nada,
me diste todo:
mi vida,
mi paz,
mi renacer.