No se puede ser joven toda la vida.
Hay que hacerse a la idea
de que nuestros pasos algún día serán más cortos
y la vista menos nítida.
Es fácil cumplir años…
Pasa tan rápido el tiempo…
El rostro lleno de arrugas,
nos dirá frente al espejo
que ya no somos la misma persona,
que la ley de la gravedad incesante
nos atrae continuamente.
No es fácil aceptar la vejez.
El destino perverso
nos muestra la fea cara de la moneda.
Todo tiene su fin,
y ese momento ha de llegar.