abril 23, 2025

INSTANTE ETERNO

Un roce de luz en la tarde callada,

el mundo se aquieta, la vida se para.

Un gesto, una risa, tus ojos, el viento,

y todo se encierra en ese momento.

No hubo relojes, ni prisa, ni estruendo,

sólo un suspiro latiendo en el tiempo.

El alma desnuda, sin miedo ni prisa,

se vuelve infinita detrás de una risa.

Ni siglos, ni sombras podrán desgastarlo,

ese segundo que vino a salvarnos.

Un latido eterno, fugaz en la piel,

que vive por siempre… sin saber por qué.

Isabel Poyato

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