Poema dedicado a las Asociaciones de Mujeres

En la jornada matinal, un sol de esperanza se alza en el horizonte,
anunciando así, la danza de mujeres valientes,
que unidas, caminamos en busca de justicia.
En asociaciones, luchamos con fuerza y tesón
mujeres comprometidas de noble corazón,
enfrentando desafíos, sin miedo ni temor,
trabajando codo a codo, con amor y con honor.
El café caliente, compartido en la sala,
es el preámbulo de los lazos de una hermandad sincera,
caminando sin descanso a una vida plena.
Hacemos frente, a las penas que la vida nos da,
superando obstáculos,
trabajando en silencio sin buscar los aplausos,
porque nuestra mayor recompensa es un mundo más justo.
Nos unimos por la igualdad,
construyendo puentes, deshaciendo viejos nidos.
Abrimos puertas selladas de oportunidades,
liberamos corazones de ataduras y maldades.
En cada reunión, se levantan nuestras voces fuertes,
denunciando abusos, combatiendo las muertes.
Luchamos contra estigmas que nos impuso la sociedad,
con el fin de alcanzar una verdadera igualdad.
En las calles nos manifestamos marchando sin cesar,
pidiendo nuestros derechos sin miedo a fracasar,
con pancartas en alto, dejando a cada paso,
una huella que no se pueda borrar.
Las asociaciones, refugio de amor y empatía,
acogen a las mujeres, les brindan compañía,
en un mundo indiferente donde a veces son invisibles.
En esta jornada de mujeres luchadoras,
no hay espacio para el miedo ni para las derrotas.
Somos mujeres, que cada día,
nos levantamos con valor y con fe,
marcando caminos con nuestra propia piel.

Así transcurren nuestros días,
caminado con nuestra fuerza y coraje,
para que, en el horizonte se oigan nuestras voces.
Somos mujeres valientes, luchadoras sin temor.
Somos las guerreras de la libertad,
que desafiando los roles con tenacidad,
en nuestras manos llevamos la equidad,
construyendo un mundo de igualdad.
Con pasos firmes avanzamos sin cesar,
rompiendo cadenas que nos quieren atar.
En nuestros corazones arde la pasión
por derribar barreras, por logar la transformación.
No nos rendimos ante el desafío,
porque arrastramos una lacra de mujeres asesinadas,
más poderosa que un río.
Defendemos nuestros derechos con valentía,
empoderando a nuevas generaciones en su travesía.
Con palabras dulces y manos unidas.
abriendo puertas, traspasando muros,
reclamando un trato justo y seguro.
Las mujeres de las asociaciones,
somos FAROS DE ESPERANZA.
Llevemos luz donde hay oscuridad, con amor y con fe.
marcando caminos con nuestra propia piel.

Obra registrada con derechos de autor
Isabel Poyato Chacón