mayo 3, 2025

COSECHA VACÍA

Di soles enteros, di noches sin tregua,

regué con mis manos su árida tierra,

y en cada mirada, en cada promesa,

dejé lo que soy, sin pedir recompensa.

Pero el viento cambió,

su voz fue de escarcha,

sus pasos callaron lo que el alma delata.

Hoy miro mis campos de espera marchita,

y abrazo el silencio que a solas abriga.

No lamento el dar, ni el amor ofrecido,

lamento tan solo lo no compartido:

que quien más amamos, a veces no sabe

ver las semillas que el alma le trajo.

Y aunque duela el pecho, aunque sangren las manos,

seguiré sembrando en otros sembrados,

porque quien ama, aun roto y cansado,

lleva en su pecho un campo sagrado.

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