Niña que mira a la luna,
la ve desde su ventana,
piensa en su amor que aún no ha llegado,
porque es niña todavía,
y su corazón aún no ha sido herido por la flecha de Eros.
Pero ella sueña,
¿Quién puede impedírselo?
Sueña, y casi lo vive ya…
…piensa en días de amor radiante,
en tardes luminosas que la colman de besos y caricias,
y en templadas noches de primavera rebosantes de amor.
Y por su cabeza pasan
bellas historias de hechizo y magia,
de hadas y castillos encantados,
y de un príncipe azul cuya llegada es ya inminente.
Mientras tanto,
mira la luna desde su cama de niña,
niña, casi ya una mujer.
Y la luna también la mira a ella,
desde lo alto de su oscura bóveda del cielo,
escoltado por miradas de estrellas rutilantes.
Y brilla más que nunca,
porque la oscuridad de la noche es intensa.
Y parece sonreír con cierta malicia,
porque sabe, se imagina, cuantos amantes
bajo ella, estarán disfrutando sus caricias de amor,
y es ella, blanca y bonita, la única testigo.
Sabe que hay muchas canciones que hablan de ella,
algunos amantes incluso las regalan a sus amadas,
porque hablan de escaleras para subir hasta ellas,
…y besarlas bajo la luna,
reina de la noche y cómplice del amor,
La bella niña, casi mujer ya,
está llena de ilusiones
y se siente musa de amor y de poesía.