mayo 8, 2025

SUSURROS DE MEDIANOCHE

Tus dedos rozan la piel del silencio,
y mi aliento se curva, se arquea, se entrega.
La penumbra cómplice,
desnuda los gestos que el día no ve.

No dices palabras,
pero cada roce escribe amor en mi espalda.
Tu boca, tan cerca,
quema más que el fuego, moja más que el mar.

Se quiebra el tiempo entre jadeos tibios,
y mi cuerpo, ya tuyo, aprende a temblar.
No hace falta el grito,
sólo el murmullo que nace en tu aliento.

Nos bebemos lento, sin prisa ni miedo,
como un vino oculto en copa de cristal.
Y al final del juego,
aún hay deseo latiendo detrás.

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