Sientes que te vas.
Prefieres olvido a recuerdo.
Lo mejor de tu vida,
lo dejas en el espacio
que dejarás marcado para siempre.
Te sientes dolorido,
frustrado y abatido.
Tu corazón silencioso,
late lentamente.
Ya nada importa,
la muerte espera,
no te atreves a preguntar,
Tus manos abiertas,
en tu mirada la niebla,
tus lágrimas brotan,
sientes pánico a la oscuridad.
¡No te rindas,
golpea tu corazón, vive!
Lucha, no dejes tu vida
al azar de la muerte.
Clama a Dios,
es momento de rogarle,
pedirle, suplicarle
que te deje ver la luz
al final del túnel.