febrero 11, 2022

LOS INDICADORES


     Contra lo que mucha gente afirma de que es imposible adivinar el futuro y por eso no se puede prever nada, sin dejar esto de ser cierto, no lo es en todos los casos. Existen herramientas de análisis y de observación que, sí nos ponen sobre la pista de lo que probablemente está sucediendo o puede suceder. El resto ya depende del grado de inteligencia de la persona, de su visión, del sentido común y/o de algo de proactividad esto es un poquito de capacidad de visión de futuro).

     Es verdad también que hay personas más perspicaces que otras, o “vivas”, podría también decirse. A la mayoría les falta algo importantísimo y es la incapacidad de “no ver” nada o de no leer entre líneas, y así pasan más de cuatro cosas que podríamos evitar. Después serán las lágrimas, las lamentaciones o las quejas contra uno mismo.

 

     Los indicadores están produciéndose continuamente en nuestra vida, y en cualquier contexto de ella. 

Voy a poner un ejemplo: si nuestra amistad o afectos, o amor incluso,  con alguien  a quien tenemos en alta estima  se enfría o llega a enfriarse del todosolemos preguntarnos asombrados:”…pero, si yo no le hecho o dicho nada, ¿por qué se comporta así?” Y es entonces cuando repasamos la historia de esa relación, y vamos recordando posibles circunstancias, recordando o asociando detalles que en su momento nos pasaron desapercibidos,  (en algún caso puede que incluso ignorado) que han desencadenado la actualidad.

    Pues sepamos que, en todo ese tiempo, la otra persona ha estado emitiendo señales y esos eran los indicadores, indicadores que en su momento no supimos interpretar, o no pudimos, porque no quiero ni pensar que es que no quisimos, porque eso sería el colmo de la tontería o que sucumbimos a nuestro orgullo, prepotencia o cabezonería. 

 

     Cuando se captan estas señales, (lo mismo que en las ciudades o carreteras sucede con los postes indicadores de tráfico), solo hay que seguir lo que nos dicen e ir ajustándonos continuamente a ellos. Con las personaspasa igual.

 

La vida está plagada de ellos, como antes decía, y no debemos hacer caso omiso, porque después deberemos pagar la sanción o multa en metálico, pero si es en el caso de las personas, el importe tiene un coste emocional, y esto tampoco es agradable, yo diría que incluso más grave, porque perturban nuestra sensibilidad, y desde luego también, nuestra estabilidad. Como vemos por esta reflexión (u opinión), todo o casi todo depende siempre o casi siempre de nosotros mismos, pero ojo, esto que he escrito es una opinión personal. Cada cual es muy libre de hacer o actuar en su vida lisa y llanamente como le dé la gana. ¡Faltaba más!

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