diciembre 15, 2020

ESPERANZA, PUENTE INVISIBLE

Profusión de emociones inundan nuestras vidas

intensas y bellas, luminosa y fragantes.

Con suaves sonidos, como ocarina de pastor

cuidando su rebaño un rojizo atardecer.

Una entre ellas destaca, por su armonía y perfume

Tiene un nombre cálido, sonoro, sublime.

Acariciada por las yemas de mis dedos,

ella nos alumbra por los caminos espinosos.

Solo nombrarla serena nuestras inquietudes.

Su mano nacarada siempre está tendida,

y acude presta con solo invocarla.

Aliviándonos transforma la pena en ilusión.

Hasta su nombre es divino y salva vidas,

se trata de la esperanza en quien confiamos.

Esparciéndole su intensa luz sobre nosotros,

afluye cuando nuestra alma ya no puede más.

Generosa y amante, a veces sin ser correspondida,

obra milagros en mundos oscuros y solitarios.

Convierte el desánimo en pétalos de rosas

y, cual sol irisdiscente nos viste con su luz.

Trae consigo la paciencia, da felicidad,

¿A qué podríamos recurrir sin la esperanza,

con nuestras almas compugidas llenas de dolor,

si es el puente invisible de esperanza en la intercesión?

Bendita esperanza, real dentro de lo etéreo.

Nunca nos ignoras, jamás nadie te desdeña.

Si, todos te amamos y a ti apelamos,

porque la esperanza es sentir el corazón.

Esperamos floración de sarmientos nuevos,

con sabor de miel y azahar, limón y pomelo,

y todo irá pasando…días, semanas, años.

Todo llegará en su momento, ni antes ni después.

Ocupas un lugar preeminente en nosotros.

¿Pensamos que la esperanza es solo aguardar?

La esperanza es el futuro que nos apremia.

A menudo es ilusa, y es hermana de esperar.

Tiempos de esperanza, quisiera yo

acariciarte como a las cuerdas de un violín,

contemplarte en los verdes prados,

olerte, tocarte, y saborearte hasta amarte.

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