¿Por qué siempre vas conmigo?
Pregunté una vez a mi sombra,
porque a gusto estoy contigo
me respondió,
aunque tú nunca me nombras.
Es la sombra acompañante
porque es tetigo de luz,
es que sin luz nunca hay sombra,
la tengo yo, también tú.
Cosas en la vida hay
que pasan desapercibidas,
que son sin embargo bellas,
que forman parte de la vida,
que no se concibe sin ellas.
La sombra es una de ellas.
Siempre va pegada a mi,
como el sello a la carta se pega,
como su amor no hay ninguno,
es como el mástil a la vela.
Callada y discreta es
va delante o va detrás,
a veces va por los lados,
nunca yo me había fijado
pero ahora lo haré más.
Debemos amarla
como parte del cuerpo que es,
acompaña y lo hará siempre
desde niña a la vejez.
