En los campos agrestes y soñadores,
donde la tierra se funde con el sol,
allí florece tu espíritu incansable,
“Mujer Rural”, madre de la tierra y del amor.
Con manos firmes y valientes,
siembras las semillas de esperanza,
y cosechas la dulce fortaleza
acariciando la vida en cada retoño.
Eres guardiana de la naturaleza,
el corazón que late en el paisaje
la que cuida el mundo con abrazo,
y nos hace vivir con coraje.
Eres madre, hermana y compañera,
en la soledad de los caminos,
donde tu voz resuena como un susurro,
llenando de dicha nuestros destinos.
“Mujer Rural”, la luchadora que nunca se rinde,
trabajadora incansable de alma indómita,
con historias de vida y tradición,
curando heridas con amor y pasión.
“Mujer Rural”, hoy quiero honrar tu labor y sacrificios,
por ser luz en medio de la oscuridad
y la fuerza que alumbra el nuevo día.
¡Oh, mujeres rurales, madre de la tierra!,
vuestro trabajo es fuente de inspiración,
floreciendo vida en cada surco
con vuestra esencia de pura bendición.
Que se escuche este canto en el horizonte,
en honor a las mujeres rurales,
silenciosas y apasionadas,
que hacen de la tierra un paraíso
lleno de amor y de tradición.