En el rincón del amor,
hay un nido de ensueño,
donde dos almas amantes
encuentran refugio.
Bajo el manto de agua
sus cuerpos se acarician,
como sinfonía de pasión y delicias.
Los amantes se envuelven
piel con piel.
Bajo el rocío celestial
su amor se desvela.
Cada gota susurra secretos al oído.
En cada beso,
en cada abrazo apretado,
la lluvia atestigua
su amor ya consagrado.
El tiempo se detiene
en su propio universo,
donde solo existen ellos
con su amor inmerso.
En su nido de lluvia
el mundo se desvanece,
solo importa la pasión que florece.
¡Qué siga lloviendo,
qué la lluvia no cese,
qué los amantes sigan en su nido,
qué sean bendecidos
con gotas divinas,
uniendo sus almas
en un amor que ilumina!
