Es en tiempos de sequía,
cuando el campo pide agua,
y la tragedia se fragua,
al secarse día a día.
Agua Bendita del Cielo,
te aclamamos con anhelo,
porque la agricultura muere
cuando la naturaleza hiere.
Lágrimas llenan mis ojos,
con fe me pongo de hinojos,
y te elevo esta oración
sacudida de emoción.
Que llueva pronto, Dios mío,
dale vida a nuestros campos,
agradeceremos tanto
que se llenen nuestros ríos…
Triste el corazón me queda,
me da pena la visión
de ver los olivos secos,
evita que esto suceda,
lo ruego con esta oración.
¡Dios que en el Cielo estás,
apiádate de tus hijos
trabajadores del campo!
Tú para ellos eres guía,
en Ti confían
y en tu Madre María.