Me gustan mucho las Pascuas
llamadas también Navidad.
Lo que voy a relatar
es lo que siento, sin más.
Qué bonita es la estación
conocida como invierno,
destaca en ella la Navidad,
de Jesús el Nacimiento.
Todo es amor y alegría
en casa hay recogimiento
y aunque las noches son frías
el alma bulle por dentro.
Regalos, cánticos, amor,
y comida en abundancia,
y se disfruta un montón,
de Dios estamos en Gracia.
Pero hay un detalle
que para mí es un borrón
y que un poquito mancha
tanta alegría e ilusión.
Y es que el espíritu hermoso
que nos trae la Navidad
en sólo quince días pasa
después todo sigue igual.
Y regresa la impaciencia
y también los malos modos
y se olvida la inocencia
que en la fiesta impregnó todo.
Que todo dure tan poco
es lo que a mí me apena,
que son quince días justitos
y después cambia la escena.
Porque vuelve la rutina
parece que se olvidó todo
y lo que en Navidad fascina
después es desacomodo.
Hay que hacer un esfuerzo.
Que el espíritu navideño
todo el año permanezca
para construir un mundo
que parezca que es un sueño.
Precioso y gran verdad