marzo 24, 2024

UNA MADRE SIEMPRE ESPERA

UNA MADRE SIEMPRE ESPERA

En la penumbra de la noche oscura,

aparece un hijo rebelde, de alma impura.

Cruza el umbral con pasos pesados

corazón de piedra y cerebro congelado.

Su madre, paciente, espera en el umbral,

pero el hijo, ingrato, ciego, feroz,

Ignora el amor que ella le brinda con fervor.

Con palabra afiladas y gestos crueles,

hiere el alma de quien le dio sus sueños más fieles.

La madre, dolida, sigue esperando en vano,

que su hijo comprenda, que cambie.

Pero el tiempo pasa y la distancia crece.

El hijo malo, en su egoísmo, se engrandece,

y aunque la madre sufra en silencio y soledad,

nunca dejará de amarlo, amor hasta la eternidad.

En las noches de insomnio, en su lecho solitario,

la madre ruega al cielo por un milagro que, cree necesario.

Que el hijo encuentre el camino de regreso,

floreciendo en su corazón un nuevo proceso.

Pero el hijo errante sigue el mismo sendero,

ignorando los ruegos, sumido en su ego.

Y aunque la distancia parece insalvable,

la madre nunca dejará de ser su faro invaluable.

Con cada amanecer renueva su esperanza,

aunque el dolor y la angustia sean su danza.

Y en su oración con fe infinita,

Implora al destino una salida bendita,

porque, aunque el dolor le pese como un infierno,

el lazo entre madre e hijo es eterno,

y mientras exista un rayo de luz en el cielo

la madre seguirá esperando con amor dulce y sincero.

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